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Tres errores habituales al escribir no ficción

 

Uno de los temas recurrentes en las tutorías de nuestra escuela son los errores frecuentes que encontramos en los manuscritos que recibimos en la editorial. 

Os resumimos tres, que hemos tratado en la primera promoción de Arpa School, porque seguro que os sirven de orientación. Cuando los errores son comunes, resultan más sencillos de esquivar si los tienes en mente.

 

El ego

A menudo, los manuscritos son aburridos. Normalmente, porque el texto está escrito para el autor, no para el lector.

Sin darte cuenta, intentas conectar consigo mismo, entenderte mientras escribes, y te olvidas de esa persona a la que pretendes venderle tu trabajo. Es decir, caes en la trampa del ego, incluso cuando no tienes muy claro lo que estás contando. Porque el ego, más que soberbia, suele ocultar inseguridad. No es tanto que te muestres pedante, como que apliques el foco únicamente a tu cabeza.

Parece un problema evitable, pero al sumergirte en el contenido de tu libro es fácil que pierdas la referencia de que estás trabajando para alguien: para convencer, entretener e ilustrar a alguien. Y ese alguien es un tipo concreto de persona, de público potencial. 

Si te pierdes en ti mismo, en tu punto de vista, es probable que tus líneas tropiecen con el aburrimiento e incluso con la pedantería involuntaria. ¿Cuánto sales en el texto? Las reflexiones y la tesis que desarrollas son tuyas, claro, pero si hablas más de ti que del tema que estás abordando, entonces debes cambiar tu forma de narrar.

 

Demasiadas páginas

El ego suele ir asociado a otro error: la extensión.

Muchos manuscritos son desproporcionados en el número de páginas. Lo que cuentan puede sintetizarse mejor, tanto en la longitud de los párrafos como en su encadenamiento. Necesitar muchas palabras puede significar lo contrario de lo que aparenta: pereza mental. Piensa en la cantidad de libros con tramos largos que te han quitado las ganas de continuar.

De hecho, la capacidad de síntesis es uno de los mejores atributos de un buen libro de no ficción, especialmente cuando pretendes ser divulgativo. No tienes por qué volcar todas las citas, reflexiones y conclusiones que has recopilado, sino las que realmente facilitan tu discurso.

De ahí que sea fundamental el trabajo previo a la escritura, es decir, la planificación y la estructura profesional del libro, antes de lanzarte a teclear. 

 

Repetición

Por último, en la escritura de no ficción, cuya base es la explicación de datos, hechos y reflexiones, aparece otro problema recurrente: la repetición de términos y conceptos.

En todos los textos hay una idea dominante, y un grupo de términos y expresiones relacionadas con ella que también serán dominantes en la redacción. Esas palabras van a repetir inevitablemente en tus párrafos, y tienes que encontrar una forma de resolverlo. 

¿Cómo? ¿Solo con sinónimos?

De estas cuestiones hablamos en las tutorías y grupos de trabajo de Arpa School. Para que, cuando te dirijas a una editorial, no descarte de mano tu proyecto por no haber evitado errores comunes.

 

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